Les comparto con mucho cariño una afirmación que nos puede ayudar a aceptarnos y amarnos como mujeres cada día más. Con nuestras luces y también con nuestras sombras.
Sobre todo en esos momentos en que nos sentimos más vulnerables que nunca. Cuando sentimos que algo no va bien, cuando sentimos que cometimos un error. Cuando nos nos sentimos merecedoras. Al mismo tiempo que sentimos que lo único que necesitamos no es más que un abrazo y alguien que nos diga: Te amo así sin condiciones…
Porque somos maravillosamente imperfectas…
“Me amo infinitamente, me apruebo, me acepto completamente…
Me amo cuando grito, y también cuando mi voz es calma.
Me amo cuando critico y juzgo, y también cuando acepto y respeto las creencias del otro.
Me amo cuando me equivoco, y también cuando acierto.
Me amo cuando lloro, y también cuando río.
Cuando caigo, y también cuando me levanto.
Cuando tengo miedo, y también cuando logro vencerlo.
Cuando me avergüenzo,
cuando tengo rabia,
cuando tengo dolor,
cuando me duele,
cuando no puedo más…,
me detengo, me escucho, me reconozco y me acepto.
Me amo infinitamente, porque el amor es sin condiciones.
Me abrazo, me cobijo…
Me acepto, me miro, me tiendo una mano, me suelto, me relajo, integro, libero, me despreocupo, porque sé que siempre pase lo que pase estaré ahí para mí.
Me amo infinitamente, me apruebo, me acepto completamente…
Porque me amo así, sin condiciones.”